martes, 7 de junio de 2011

carta dirigida a una inspectora de educación

Dña.Nieves Borragán Rodríguez,  Inspectora de la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria.
Hace justamente un año, Vd.  intervino como Instructora de un expediente sancionador contra un profesor del IES. Alberto Pico de Santander.    Vd. era consciente que ese expediente sancionador abierto, era parte de un brutal acoso, dirigido principalmente desde el Servicio de Inspección de la  Consejería , contra ese profesor; pero no obstante, Vd. irrumpió en el Centro, anunciándolo a bombo y platillo, creando un gran estropicio, dejando alumnos sin clase y tratando por todos los medios, mediante interrogatorios a esos alumnos de 14 años, de disponerles contra su profesor, desprestigiándole y desautorizándole al mismo tiempo;  para tratar de conseguir material  inculpatorio contra el profesor, ya que no había nada contra él,  sino todo lo contrario ; pero, aún así, no lo consiguió.
¿Vd. sabe la relación de equilibrio que hay en los Centros de Enseñanza, cuando hay que tratar con alumnos menores de edad, calificaciones, correcciones, familias de los alumnos…etc.? ; es una relación muy delicada, en la que la convivencia entre todos es fundamental, como para tratarlo de la forma que Vd. lo ha hecho, sin la menor sensibilidad y con muy mala fe( esto muy evidente).    Ha seguido, muy sumisamente, las órdenes de sus superiores, estos, movidos por una sucia, vil y miserable represalia contra el pobre profesor, por haber interpuesto, este, una denuncia contra los primeros, anteriormente.  Vd., todo esto lo sabía, y aún así siguió con semejante dislate, sin fundamento alguno, saltándose sistemáticamente la legalidad, no aceptando, ni respetando lo que el profesor en cuestión le decía y se negó a admitir un escrito firmado por 22 profesores, compañeros del anterior;  ya que con su arrogancia, junto a la de sus superiores,  se consideran impunes;  porque para Vd. lo importante era sancionar, para tener contentos a sus superiores, y eso Sra., si lo consiguió; el profesor, en cuestión, sin motivo alguno, esto es, “sin comérselo , ni bebérselo”, ha sido suspendido de empleo y sueldo, durante tres meses.  ¿NO LE DA VERGÜENZA, SRA?.   
                                               Santander a 29 de mayo de 2011